02 May Luz, cámara y… trabajo, mucho trabajo
Cuatro equipos de filmación, 65 lotes de terneros y terneras, 38 remitentes de 25 localidades de las distintas zonas de la provincia de Buenos Aires y una venta televisada para todo el país. La compleja organización del primer remate del año
Pantalla chica, producción grande. Y compleja. El caso del Especial del Destete de Rústicos es una muestra del trabajo, el esfuerzo, la coordinación y la inversión que demanda la realización de un remate de hacienda televisado. Más aún cuando, como cada evento llevado a cabo por el colectivo ganadero creado por Sergio Amuchategui, se le suman particularidades y detalles que así como lo hacen diferente y superador también complejizan más su logística y organización.
La primera misión que hubo que cumplir fue la más complicada: la filmación de los animales. Por una cuestión territorial, por el volumen de hacienda subastada y por la exigencia en la calidad de las imágenes, otra de las características que distinguen a Rústicos.
Con 38 remitentes provenientes de 25 localidades de 20 partidos de la provincia de Buenos Aires, la organización de la logística de la filmación de los lotes de terneros y terneras fue una tarea complicada. Se debió recurrir a la contratación de cuatro camarógrafos porque de otro modo era imposible cubrir programa de trabajo en los casi 20 días destinados para esa tarea. Y la mayoría de las filmaciones se realizaron en Full HD, sólo los lotes agregados a último momento se grabaron con celular.
Fueron cinco los representantes de la consignataria Alfredo S. Mondino y que conforman el equipo de Rústicos quienes estuvieron a cargo de la agenda de filmación y de encargarse de que los productores remitentes tengan la hacienda encerrada y lista para ser grabada en el día estipulado.
Vamos a la ruta
El cordobés Gabriel Varela y su hijo Juan Cruz, fueron quienes tuvieron a cargo la filmación de los criadores de Tres Arroyos y su zona de influencia, pero también de los dos criadores más alejados: Pergamino y Villarino. Ellos solos, que según los días trabajaron juntos o separados, en total recorrieron unos 3.500 kilómetros, teniendo en cuenta que también abarcaron Coronel Pringles, Laprida, Coronel Dorrego, Gonzales Chaves y los establecimientos dentro del partido de Tres Arroyos.
Otro de los equipos se ocupó de filmar los productores de Tandil y cercanías; otro la zona de Bolívar, y otro Dolores y Castelli.
Para graficar la dimensión que tomó el remate, el día que Varela estaba en Villarino otro equipo estaba filmando en Malele, el campo de Federico Vizzolini, ubicado en la Bahía de Samborombon, a 660 kilómetros de distancia. Eso pinta muy bien el fenómeno en el que se transformó Rústicos.
Las visitas a los establecimientos no se limitaron sólo a la filmación de la hacienda, sino que en muchos de los campos se entrevistó a los criadores remitentes una vez finalizada la toma de imágenes. Esto permitió que cada productor presentara su hacienda y contara las características de lo que iba a vender.
En el tratamiento de las imágenes y la presentación de los lotes también hubo un trabajo destacado. Fueron cuatro las personas que trabajaron en la edición y el ordenamiento de los más de 70 lotes ofertados. A quienes hay que sumarles otras tres que se abocaron al trabajo de diseño para armar el catálogo, las publicidades para los medios gráficos y digitales y la locución de la promoción en radio y televisión.
Puesta en escena
En este sentido, lo más complicado es la confección de las planillas que acompañan a cada tropa, tarea difícil por el número de animales y de establecimientos involucrados, y por la cantidad de imágenes tomadas por los distintos equipos de filmación. Todo lleva su correlato con los zócalos que aparecen en la pantalla con cada lote.
Llegada la fecha del remate, la atención se concentra en la transmisión. La virtualidad se resuelve con Zoom, simple. La televisación aporta la complejidad. La contratación de Canal Rural sólo incluye la señal, el “aire”, todo el resto corre por cuenta de la organización. Un camión satelital con dos técnicos a cargo, más seis personas abocadas a la transmisión propiamente dicha (cámara, director de cámaras, sonido, etc).
A eso hay que sumarle las pantallas y el sonido que se instalan para el martillero, los vendedores y los compradores autorizados que están en la sala. En el caso de Rústicos, el recinto elegido fueron los galpones mellizos de la Sociedad Rural. Y esto incluyó también la contratación de dos servicios de catering, uno para el día de previo y otro para la jornada del remate.
La subasta, de la mano de la solvencia del martillo de Roberto Mondino, apenas superó las dos horas y media y fue transmitida a todo el país.
Luz, cámara y trabajo, mucho trabajo.
Comunicación Rusticos